Tener un estilo de vida
saludable no es ser Perfecto
24h al día, 365 al año

Es ser consciente de hacerlo lo mejor que puedes el mayor tiempo que te sea posible, con compromiso y coherencia

Elegir un estilo de vida basado en hábitos saludables te ayudará a combatir la inflamación propia e inevitable asociada a la edad. Si conoces los efectos beneficiosos de regular el estrés adecuadamente, evitar azúcares y grasas ultraprocesadas y de practicar ejercicio o simplemente reducir las horas que pasas frente a las pantallas, no te quedará más remedio que adquirir las rutinas que necesitas.
Porque tu cuerpo y mente te pedirán a gritos que adoptes hábitos que te ayudarán a sentirte bien.

Autoconocimiento, relevancia y autoeficacia

Reconoce tus fortalezas y limitaciones para triunfar en tu plan de acción

Para cambiar un hábito necesitas conocerte para encontrar aquello que está alineado contigo. También que el cambio sea relevante e importante para justificar tu esfuerzo. Por último debes reconocerte como una persona capaz de conseguir lo que se propone. Decide si diariamente quieres practicar hábitos que te ayuden a tener más salud o que te perjudiquen. Aquí te dejo toda la información para que conozcas la inflamación crónica y decidas elegir hábitos que la combatan.

Todo ser humano, si se lo propone,
puede ser escultor de su propio cerebro

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- Santiago Ramón y Cajal

Regulación emocional y Estrés

Si te sientes esperanzado, ilusionado, entusiasmado...
It´s a kind of magic. It´s a kind of magic. A kind of magic.

Acepta tu dimensión emocional y mental. Cuídala, de ella depende el 50% de tu bienestar. Al igual que puedes crear rutinas para cuidar tu cuerpo y mente basados en aumentar la actividad física o en mejorar la alimentación, también puedes generar hábitos para cuidarte desarrollando herramientas que tienen que ver con el estrés y tu mundo emocional. Pequeñas herramientas marcarán la diferencia que te conducirán a un estado de bienestar

Prioriza de forma realista. Escribe los objetivos según la urgencia en que deben ser resueltos y según la importancia que tengan?

Agradece cada día. Céntrate en lo que tienes, no en lo que te falta.

Disfruta la vida. La felicidad consiste en apreciar lo que se tiene, no en seguir buscando y deseando lo que vendrá , o perdiste o poseen otros.

Dedica unos minutos diariamente a reconocer cómo te sientes (alegría, tristeza, ira o quizá sorprendido, entusiasmado o resentido). Si quieres mejorar tu conciencia emocional, pincha aquí. 

Si te sientes estresado respira lentamente, fijándote en como inspiras y espiras. También puedes rebajar la tensión bailando, cantando o haciendo ejercicio.

No te sobre cargues de tareas diariamente. Delega y deja pasar. Hazte dos preguntas: ¿Es tan importante? ¿Es urgente?

No seas rígido e inflexible en cuanto a tus objetivos. Tanto laborales como personales. Para aprender a organizarte mejor y reducir el estrés, pincha aquí. 

No dramatices, de nuevo dos preguntas… ¿Es tan malo? ¿Seguro que es relevante?

No niegues tus emociones, todas cumplen una función.

No te ignores cuando te sientas con un nivel emocional o de estrés elevado. A todos nos pasa. Aquí  te doy algunos consejos para conocerte mejor.

Alimentación

La prevención de enfermedades y la mejoría de la calidad
de vida precisa de un patrón alimentario adecuado

Comer no es lo mismo que alimentarse. Es fundamental conocer la diferencia que puede suponer para tu organismo elegir unos alimentos sobre otros en el día a día. Lo importante es que adoptes cambios que sean compatibles con tu estilo de vida, con tus gustos y preferencias. Entender por qué hay comidas que, aunque nos gusten, deberíamos evitar porque favorecen la enfermedad. Para profundizar más sobre cómo adaptar tu alimentación con consejos sencillos, te animo a que leas la sección de mi libro “Reaprendiendo a comer”.

Fundamental basar tu alimentación en productos vegetales y frescos.

Elige aceite de oliva virgen extra en crudo y para cocinar.

Consume 3 frutas y dos raciones de verdura al día.

Planifica un menú semanal que no deje lugar a la improvisación, a menudo de productos ultraprocesados.

Fíjate en las etiquetas, son la respuesta para saber si debes elegir o no un alimento. Aprende a leer etiquetas aquí. 

No consumas ultraprocesados  azucarados (galletas, cereales…)

Reduce al máximo el consumo de azúcar libre añadido en cualquier forma: siropes, azúcar moreno o miel.

Evita embutidos diariamente, sustituye por jamón serrano, atún o huevo. Descubre alternativas a la carne  como fuente de proteínas.

Evita añadir sal en las comidas y en la mesa.

No acudas a hacer la compra sin una lista de alimentos que incluya productos frescos.

Ejercicio físico

Si quieres vivir más y mejor, no olvides mantenerte activo

Cada vez hay más evidencia de los amplios beneficios de mantenerse activo y reducir el sedentarismo. Todo cuenta: disminuye el número de horas que pasas sentado, cambia actividades diarias estáticas por aquellas que implican movimiento (p.ej. no recojas a los niños en coche), planifica pequeños momentos de ejercicio físico a la semana, etc. No sólo ayudará a mantener sano tu cuerpo, ¡también tu mente! No te pierdas la sección “Muévete y cambia tu vida” de mi libro La Medicina que necesitas eres tú.

Cada día, en tu trabajo crea la rutina de levantarte y caminar unos minutos, en medio de la jornada, sí puedes hacerlo son sólo unos minutos.

Elige escaleras y recorre trayecto cortos a pie. Si quieres conocer todos los beneficios que te aporta estar activo pincha aqui.

Piensa en el ejercicio que te gusta: raqueta, nadar, caminar o quizá bici?

Si te gusta y te ayuda practicar en compañía busca pareja o grupo. Con compromiso.

Anota qué quieres realizar, comprométete con una progresión, pero que sea realista. No es lo mismo actividad física que ejercicio físico: aquí te lo cuento. 

No te digas a ti mismo que ya estás bien como estás, con una vida sedentaria. Cambia el discurso.

No utilices ascensor, patinete eléctrico o coche para trayectos cortos.

No elijas el ejercicio que hagan los demás, si no es lo que te gusta a ti.

No te apuntes al gimnasio porque todos lo hagan.

No te limites por tu edad o condición física. Excepto situaciones de enfermedad muy concretas siempre puedes realizar ejercicio físico, adaptado a ti, si es preciso. Para conocer qué tipo y cantidad de ejercicio practicar, pincha aquí.

Los que piensan que no tienen tiempo
para hacer ejercicio físico, tarde o temprano
encontrarán tiempo para estar enfermos

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-EDWARD STANLEY

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