Los adipocitos son las células que forman el tejido graso
La obesidad es una enfermedad compleja, causada por la interacción de múltiples factores. No se trata sólo de comer menos y moverte más. La genética, enfermedades endocrinas o psiquiátricas, fármacos, la edad, el estrés o la microbiota son algunos de ellos. El diagnóstico basado en el peso es insuficiente ya que no informa de la distribución de la grasa ni de las complicaciones asociadas Es necesario hacer un estudio de composición corporal para detectar en que zonas se acumula la masa grasa, así como el porcentaje de masa magra y masa libre de grasa que tiene un individuo
LA OBESIDAD ES LA GRAN PANDEMIA
Múltiples sociedades y artículos médicos catalogan a la obesidad como la gran pandemia del siglo 21 y es que pocas enfermedades crónicas han avanzado en forma tan alarmante en la mayoría de los países durante las últimas décadas como ha ocurrido con la obesidad. Desde 1975, la obesidad se ha casi triplicado en todo el mundo, rondando el 20% de la población mundial. En España, se sitúa en torno al 25% (8,4 millones de personas) y el porcentaje de sobrepeso es de casi un 40 %. Más preocupante todavía, es que en edad infantil hay hasta un 45 % de exceso de peso y casi un 20 % corresponde a obesidad.
REDUCIR EL ESTIGMA QUE ACOMPAÑA A LA OBESIDAD
Las personas no somos culpables de presentar enfermedades. Hay muchas causas y factores relacionados que favorecen la aparición y el mantenimiento de la obesidad.
No etiquetar a las personas con obesidad: no son obesos, son personas que viven con obesidad.
Además no se debe juzgar y definirlas como personas sin voluntad, golosas o afirmar que no quieren cuidarse o mejorar. Es una situación compleja donde la visión de la sociedad contribuye a mantener un estigma que causa daño tanto en la dimensión psicológica, como social, laboral o económica del individuo que la sufre.
La reganancia de peso es algo fisiológico o normal. Porque nuestro cuerpo está pensado para sobrevivir y tras la bajada de peso hay cambios hormonales para aumentar el apetito y el depósito de grasa. Es la manera de protegernos de nuestro organismo cuando detecta una señal de amenaza ( en este caso la pérdida de peso).
Adoptar un estilo de vida saludable es imprescindible independientemente del tratamiento elegido. Aportará beneficios extras para la salud que favorecerán y mantendrán el efecto de los fármacos o la cirugía.
Si sufres obesidad acude a tu centro de salud. Los profesionales que nos dedicamos a ello, seguimos estudiando y trabajando para ofrecer una atención de calidad, centrada en la persona.
LA OBESIDAD NO ES UNA DECISIÓN PERSONAL
Investigaciones recientes han indicado que existe un vínculo claro entre los anuncios de comida y bebida a los que los niños están expuestos y sus elecciones de alimentos, antojos y patrones de alimentación. Nos encontramos en lo que se conoce un entorno obesogénico, donde la industria alimentaria, las condiciones de vida y la publicidad favorecen el inicio y el mantenimiento de esta enfermedad. El individuo no es responsable de la misma y nada tiene que ver con su fuerza de voluntad. No es una decisión personal comer más sino que es una enfermedad donde entran en juego mecanismos complejos de regulación del apetito relacionados con la insulina que se libera en respuesta a la cantidad de glucosa que tienen los alimentos. Como dice el Dr David Ludwig en su libro ¡Siempre tengo hambre! “Comer en exceso no nos engorda. El proceso de engordar hace que comamos en exceso”.
